La piel del rostro es de las zonas más expuestas y sensibles que tenemos. Los factores ambientales como la contaminación o los cambios de clima, el sol e incluso el maquillaje acumulan impurezas en la capa más superficial. ¿Sabes cómo limpiarte la cara?
La higiene facial ayuda a mantener la piel joven, libre de bacterias y contribuye a limpiarla de células, oxigenarla, hidratarla y a mantenerla más sana y luminosa. Así pues, la realización de una buena limpieza facial no sólo conlleva beneficios estéticos, sino que también previene la alteración de la barrera cutánea (superficie exterior de la piel) y la aparición de enfermedades dermatológicas a nivel facial o irritaciones.
En este artículo os mostraremos diferentes tipos de cuidados, según el tipo de piel y el origen de los productos de limpieza facial que se empleen. Una buena rutina de limpieza facial es tan necesaria como cualquier otra rutina en nuestras vidas.
La rutina de limpieza facial, paso a paso
Aunque se pueda pensar que una buena rutina de limpieza y cuidado facial es más necesaria en pieles maduras, la verdad es que es un hábito recomendable ya desde que la piel es joven. Mantener la piel sana, limpia e hidratada no es una cuestión de edad porque ayuda a retardar la oxidación celular y a estimular la producción de colágeno, además de a prevenir la aparición de enfermedades infecciosas que pueden llegar a comprometer nuestra salud.
Existen varios pasos a seguir para realizar de la mejor forma tu rutina de limpieza facial. La higiene facial debe realizarse dos veces al día, al levantarnos y, especialmente, al irnos a dormir. De esta manera, retiramos todas las impurezas que se han ido acumulando en la piel a lo largo de todo el día.
Para limpiar la cara lo más adecuado es usar agua templada y algún producto que sea lo más natural posible (jabón, leches o geles limpiadores, emulsiones o el agua micelar). Lo haremos suavemente, sin frotar la piel con brusquedad. El objetivo de eliminar las impurezas además de oxigenar la piel, también es preparar la piel para que pueda absorber de una manera óptima los ingredientes activos de las cremas y cosméticos.
Es importante aplicar todos los días cremas hidratantes para mantener un nivel adecuado de hidratación de la piel. Cuando la piel está deshidratada, se vuelve tirante y rugosa e incluso puede llegar a descamarse; pierde suavidad y elasticidad y se muestra apagada y sin luminosidad.
Las cremas nutritivas, en cambio, fortalecen la barrera protectora natural de la piel y retrasan y suavizan los signos del tiempo como la flacidez o las arrugas. Los tratamientos nutritivos son aconsejables para pieles maduras y secas que necesitan un paso más allá de la hidratación.
¿Cómo es tu piel?
Para establecer una rutina de limpieza facial adecuada es fundamental saber qué tipo de piel es la tuya con el objetivo de poder adaptar los productos a las características específicas de tu rostro.
- Piel normal: suele tener un tacto suave y un aspecto natural, fresco y sano.
- Piel seca: es de las más predominantes. Su aspecto suele ser tirante, los poros son poco visibles y tiene tendencia a resquebrajarse. Es una piel muy sensible a los cambios bruscos de tiempo y aparecen arrugas y escamas con facilidad. Se deshidrata con facilidad por lo que es muy importante mantener la piel hidratada.
- Piel grasa: es brillante y húmeda, se aprecian los poros dilatados y suele tener espinillas. Este tipo de pieles necesita una limpieza más profunda por su exceso de sebo (podría obstruir los poros), por las mañanas y por las noches.
- Piel mixta: tiene características de la piel seca y de la grasa. Normalmente, en las personas con cutis mixto, la barbilla, la frente y la nariz tienden a ser grasas, mientras que la piel de las mejillas suele ser seca.
- Piel sensible: requiere un cuidado muy suave cuando limpiamos el rostro ya que este tipo de pieles son intolerantes a una gran cantidad de cosméticos. Lo recomendable es usar productos hipoalergénicos y que no tengan ningún tipo de aroma.
Limpieza facial profesional
En muchas ocasiones, aunque realicemos una rutina de limpieza facial adecuada y diaria no logramos retirar los residuos acumulados y puede que la piel no llegue a estar oxigenada por completo. Por eso, una buena solución es optar por una limpieza facial profunda en manos de profesionales.
Dependiendo del tipo de piel y del caso particular de cada uno, esta limpieza profunda se puede hacer cada mes o cada dos meses. ¿Cuáles son sus principales beneficios? Los mismos que la rutina de limpieza facial en nuestras casas pero con una mayor profundidad, efectividad y resultados más duraderos.
Destacamos la eliminación de las impurezas de forma profunda, ayudando al proceso de regeneración celular ya que la piel se oxigena desde el interior, reduce el tamaño de los poros (los descongestiona y desobstruye) y aumenta la hidratación de la piel. También prepara la piel para absorber los productos y tratamientos posteriores, activa la circulación sanguínea y disminuye los signos de cansancio y retrasa el envejecimiento, previniendo la aparición de arrugas. La limpieza facial profesional es un complemento a la limpieza facial diaria.