Cada vez más hombres acuden a las consultas de cirugía para corregir su nariz, ya sea por motivos estéticos o por razones funcionales. Pero, ¿qué nariz buscan?
«La nariz del hombre debe ser una nariz con carácter», me decía mi madre. Tradicionalmente (no hace tantos años), se relacionaba la masculinidad o «virilidad» con el tamaño de la nariz, por lo que tener una nariz prominente era, en ese entonces, un motivo de orgullo.
En la actualidad, el paradigma de la nariz masculina ya no exige una nariz «con carácter», al contrario: demanda una nariz con poco predominio de carácter. ¿Por qué? Porque consideramos que para que un hombre sea guapo, su nariz no debe ser de una forma particular, sólo debe estar en armonía con el resto de rasgos faciales.
¿Sabes por qué la nariz de los hombres suele ser más prominente que la de las mujeres? La nariz sobresale de la cara porque tiene que cumplir tres funciones: es la sede del órgano del olfato, calienta, humedece y filtra las partículas y el polvo del aire que llega a los pulmones y protege al ojo de posibles golpes (junto con las cejas).
A lo largo de la evolución del ser humano se fue marcando la diferenciación sexual. Es decir, los hombres al dedicarse a perseguir presas o a huir de animales peligrosos, desarrollaron más la nariz y las mujeres, en cambio, se quedaron con una nariz más pequeña.
El paradigma masculino actual
En la actualidad, los hombres buscan una nariz que no llame la atención. Una nariz desproporcionada o excesiva puede ser motivo para que uno no se sienta a gusto consigo mismo, ya que puede romper la armonía del conjunto de la cara y puede afectar en la vida personal y social de los pacientes. El objetivo de una rinoplastia masculina debe ser una nariz armónica, que no destaque ni condicione al resto de elementos del rostro. Cada rostro tiene su nariz perfecta.
La rinoplastia en el hombre o masculina es la intervención quirúrgica que se hace para mejorar problemas respiratorios (motivos funcionales) o para cambiar los rasgos de la nariz (motivos estéticos).
Hoy en día, se busca un dorso nasal recto (da fuerza a las facciones masculinas) y una nariz más larga que en la mujer. En el caso de los hombres, la nariz puede nacer por encima del párpado superior.
Un mentón con la proporción adecuada también ayuda a definir el perfil. En algunas ocasiones, se acompaña a la rinoplastia un aumento del tamaño del mentón, buscando el objetivo principal que es el de lograr la mayor armonía y naturalidad en las facciones.
Si la miramos de frente, la nariz masculina nos gusta que sea recta y un poco más ancha en la parte superior. Respecto a la punta, se valora especialmente que sea menos fina y delgada que en el caso de la mujer, sin que se vea redondeada.
¿La rinoplastia en el hombre es diferente que en la mujer? La piel en el hombre es mucho más gruesa y los cartílagos son más grandes y más rígidos. El puente nasal o dorso suele ser más ancho en los hombres y suelen ser más propensos a tener los bordes más afilados. Las fosas nasales también son más grandes (pues, evolutivamente, el hombre requiere más oxígeno que la mujer para mantener una masa muscular también más grande).
Aunque el procedimiento es el mismo, el enfoque quirúrgico puede cambiar dependiendo de si el paciente quiere mantener unos rasgos masculinos más fuertes (nariz larga y recta) o prefiere cambiar la forma de su nariz. Los retoques más comunes para conseguir la nariz de hombre perfecta son: estrechar la punta, reducir el dorso haciéndolo recto, estrechar el conjunto, colocar injertos para mejorar o rellenar la proyección, estrechar la punta y reducir la proyección (sin hacerla respingona) y, como no, corregir la desviación del tabique nasal.
Entre las diferencias con la rinoplastia femenina, también cabe señalar que el proceso inflamatorio de la rinoplastia en los hombres tiende a ser un poco más corto que en las mujeres.