La cirugía avanza año tras año y las nuevas técnicas buscan ser cada vez menos invasivas para ofrecer resultados más naturales. Si quieres operarte la nariz, desde hace 5 años, existe una técnica cuyo principal objetivo es dañar lo menos posible la estructura de la nariz.
Estamos hablando de la rinoplastia de preservación o rinoplastia preservadora y, aunque en España muy pocos equipos de cirugía plástica la hacen (porque es una técnica bastante innovadora y su realización es laboriosa), en Smart Clinic los tenemos.
La nariz es un todo. No podemos manipular las estructuras nasales de forma aislada. Es decir, lo que hagamos en una parte influirá en otra, tanto estética como funcionalmente.
¿De dónde viene la rinoplastia de preservación? Quien ha hecho popular esta técnica es el cirujano turco Bariz Cakir. En sus investigaciones, Cakir relacionó la estética nasal con la técnica quirúrgica, dando una extrema importancia a la preservación de las estructuras blandas como son los cartílagos y los ligamentos nasales.
La rinoplastia preservadora pretende conservar la mayoría de las estructuras originales que dan soporte a la nariz. Pero, ¿por qué es importante preservar estas estructuras blandas? La experiencia ha demostrado que la preservación de cartílagos, ligamentos y huesos de la nariz evitan algunos posibles futuros problemas, no sólo estéticos sino también funcionales (irregularidades, narices colapsadas, puntas caídas, etc.).
Diferencias entre la rinoplastia preservadora y la tradicional
Empezamos recordando en qué consiste la rinoplastia: es la intervención quirúrgica cuyo objetivo principal es cambiar la forma, tamaño y aspecto físico de la nariz. Esta operación se puede realizar abierta o cerrada y su proceso de modelaje suele modificar las estructuras nasales.
Por ejemplo, cuando se quiere corregir una giba o caballete, se hace la operación cortando el hueso de la pirámide nasal (modificando la anatomía de una zona que es esencial para una correcta respiración).
La rinoplastia de preservación, en cambio, consiste en un conjunto de técnicas quirúrgicas que pretenden preservar la integridad estructural y funcional de la nariz. Esto nos permite un resultado más natural de la intervención ya que se preservan las líneas naturales sin que la nariz adquiera una apariencia artificial.
Si en la técnica tradicional puede ser necesario usar injertos para reestructurar las modificaciones que recibe la nariz en el proceso de modelaje, en la rinoplastia preservadora se intenta preservar (de ahí su nombre) las estructuras nasales, usando el menor número posible de injertos para corregir la nariz.
¿Cómo es el procedimiento de la rinoplastia de preservación?
El preoperatorio de la rinoplastia preservadora no es muy diferente del de la rinoplastia tradicional. Únicamente será necesario realizar un TAC tridimensional en algunos casos que conlleven desviación del tabique.
Existen varias técnicas de rinoplastia preservadora en función del objetivo de la operación. Por supuesto, es una rinoplastia cerrada ya que se preserva, de forma íntegra, la piel, los músculos y los ligamentos de la nariz.
Con la ayuda de los ultrasonidos, la rinoplastia preservadora ultrasónica permite resecciones en el dorso de la nariz (para la corrección de la giba o caballete) más selectivas (sólo se retira la porción ósea fina y más superficial) y que permiten la preservación de la estructura cartilaginosa subyacente.
Luego está la Push Down que consiste en empujar hacia abajo. Por ejemplo, en una operación de giba o caballete, se hunde la nariz cortando (con unas minisierras diseñadas para este tipo de intervención o con sierras de ultrasonidos) las patas (pared y septum nasales) de la pirámide nasal. Es como si de un edificio cortaramos los cimientos para hacerlo caer.
El objetivo es hacer bajar el bloque entero de la nariz hasta lograr que la giba o caballete queden a la altura deseada. De esta forma, empujando hacia abajo, se preserva la anatomía superior y no se toca la estructura principal. Es decir, para hacer una pirámide más pequeña, se corta solo la base y se mantiene la cúpula.
Uno de los grandes beneficios de la rinoplastia de preservación es la recuperación. En este caso es mucho más rápida y tranquila que en la rinoplastia tradicional. Al realizarse la intervención con una mínima lesión de los vasos sanguíneos y linfáticos, suele haber menos hinchazón y hematomas en el postoperatorio. Más o menos a los diez días, el aspecto de la nariz ya es bueno y los resultados serán bastante visibles a los tres meses de la cirugía.