Mantener un cabello sano es fundamental. El cuidado capilar puede influir en nuestra imagen personal, salud y autoestima, por lo que siempre juega a nuestro favor. Al igual que sucede con otras rutinas saludables, como llevar a cabo una alimentación equilibrada o realizar ejercicio físico, nuestro pelo requiere de ciertos cuidados, además de necesitar unos hábitos que le permitan lucir bonito, limpio, fuerte y sano.
Cómo llevar a cabo un cuidado capilar perfecto
Un buen cuidado capilar no sólo se reduce al uso de un buen champú y un acondicionador adecuado, ya que la base está en sus cimientos; es decir, se trata de mantener en óptimas condiciones el cuero cabelludo. Resulta esencial incluir la limpieza del cuero cabelludo en la rutina diaria. ¿Por qué? Porque es la zona de la piel responsable de aportar el oxígeno y los nutrientes a las fibras capilares y, si esto no sucede de forma adecuada, el pelo se seca y debilita.
El pre-lavado
En una rutina de cuidado capilar, el pre-lavado es tan importante como el lavado. Para llevarlo a cabo correctamente, debemos incorporar en nuestra rutina capilar el cepillado del pelo antes de lavarlo. De este modo se eliminan los restos de lacas, espumas o geles y facilitamos el desenredado posterior en mojado. Este cepillado en seco cobra mayor importancia todavía cuando hablamos de cabellos finos.
Por otra parte, los tratamientos de pre-lavado -que suelen hacerse una vez a la semana- deben adaptarse a las necesidades de cada cuero cabelludo: por ejemplo, si es sensible, si está deshidratado y con picor o si tiene exceso de grasa. En el mercado se pueden encontrar mascarillas purificantes, aceites de pre-lavado, exfoliantes para el cuero cabelludo o pre-champús.
El lavado
Los expertos recomiendan que en el lavado se humedezca bien el cabello y que no se aplique el champú directamente en el pelo. Es preferible ponerlo primero en las manos y llevarlo con ellas hacia el pelo. A continuación, es importante masajear la zona, sobre todo la raíz y los contornos -sin olvidar la nuca y detrás de las orejas- dos zonas que se ensucian con mucha facilidad.
Al contrario de lo que mucha gente cree, lavarse todos los días el pelo no es algo negativo. Todo dependerá de si usas los productos adecuados para el cuidado capilar dependiendo de las características de tu cabello.
¿Es preferible aplicar una dosis de champú en el lavado o dos? Lo más aconsejable son dos. La primera rápida y la segunda más lenta, dejando actuar el champú unos dos o cinco minutos, más o menos. La temperatura del agua también es importante: lo ideal es el término medio, ni muy caliente ni muy fría, porque si está muy caliente estimula la producción de las glándulas sebáceas y si está muy fría no arrastra bien la suciedad.
A la parte del aclarado también hay que prestarle atención, sobre todo si nos interesa que quede la melena bonita y con volumen. Los especialistas tienen un secreto para lograr que el cabello tenga un brillo natural: el último aclarado debe ser con agua fría.
¿Por qué es recomendable utilizar acondicionador en el cuidado capilar? Porque evitará que las puntas del cabello se debiliten cuando lo desenredemos, además funciona muy bien para reducir el riesgo de encrespamiento y sequedad del pelo, y se puede usar a diario.
El secado
El método más correcto a la hora secar el cabello es al aire libre. Pero esto no siempre es posible, así que, si queremos usar el secador, hay un paso previo fundamental: retirar la humedad del cabello con una toalla -preferiblemente de algodón-. Eso sí, ¡no frotes! Presiona la toalla con las manos contra la cabeza para que absorba el agua. Si frotamos, podemos dañar el cabello, enredarlo e, incluso, romperlo.
No obstante, cuando recurras al secador, recuerda utilizar boquilla para que el aire esté más dirigido, ponerlo a una temperatura media y separar el aparato del cabello a una distancia mínima de 15 centímetros. Por último, evita irte a dormir con el pelo mojado, ya que puedes dañar la cutícula del cuero cabelludo -capa exterior- y causar posibles irritaciones que más tarde resultarán molestas.
El cepillado
En el cepillado hay una máxima que es esencial para el cuidado capilar: empieza a cepillar por el centro y por las puntas. Sólo cuando tengas esa parte bien cepillada -entre 10 y 20 pasadas- podrás hacer lo propio en la raíz. Si comienzas por la raíz, encontrarás enredos por el medio y por las puntas, lo que produce tirones que rompen y dañan el cabello.
En nuestra rutina diaria de cuidado capilar debemos cepillarnos el pelo por la mañana y por la noche, aunque si lo consideramos necesario podemos hacerlo hasta 3 o 4 veces al día.
Tipos de productos y tratamientos para el cuidado capilar
Para un buen cuidado capilar es fundamental elegir productos adecuados y que sean de utilidad de acuerdo con las características de nuestra piel y pelo. Hay tantas opciones como tipos de cabello y problemas capilares existen.
Las patologías capilares más habituales son el cabello graso o reseco, la caída del pelo, la caspa y la dermatitis seborreica -afecta al cuero cabelludo y causa escamas, enrojecimiento y caspa-. En función del problema que tengamos y tras consultar al especialista capilar, deberemos recurrir a uno u otro tratamiento.
Productos específicos para el cuero cabelludo
Para el cuero cabelludo, además de los tratamientos de pre-lavado específicos y de los exfoliantes que lo limpian y oxigenan, existen serums y lociones pre-lavado que ayudan a que la piel sobre la que crece el pelo esté sana y fuerte.
Ampollas y mascarillas
Las ampollas normalmente contienen aceites y proteínas que devuelven el brillo y la fuerza al cabello y suelen aplicarse una vez por semana o cada 15 días. Por otro lado, las propiedades reparadoras de las mascarillas suelen ser superiores a las del acondicionador. Se aplican tras el lavado del cabello -cada 15 o 30 días- y hacen que el cabello esté más resistente y suave al tacto.
Cremas capilares hidratantes
Las cremas capilares son ideales para hidratar, sobre todo los cabellos grasos, secos o teñidos, y aportan vitaminas y proteínas que ayudan a reparar las fibras capilares. Es la opción más adecuada para personas que usan habitualmente la plancha o el secador.