«Me miro en el espejo y solo veo la nariz y esos agujeros enormes». ¿Te acompleja tu nariz ancha? Es normal, la nariz juega un papel muy importante en la armonía de nuestro rostro. En muchas ocasiones, una nariz ancha se debe a unos agujeros de la nariz desiguales o unas aletas nasales desproporcionadas. Pero no te preocupes porque tiene solución.
La intervención de reducción de aletas nasales consiste en reducir tanto la anchura como la longitud de los agujeros de la nariz, eliminando una pequeña cuña de piel lateral. Es un procedimiento quirúrgico que suele realizarse en el transcurso de una rinoplastia completa.
¿Existe una anchura de la nariz ideal? Según los cánones de belleza clásicos, la anchura de la nariz debe ser igual a la distancia que hay entre la parte interna de los ojos. Cuando las aletas nasales sobrepasan esta distancia se considera -según este parámetro- que la nariz es demasiado ancha y que se puede, en el caso de desearlo, cerrar las aletas o agujeros de la nariz.
Con la reducción de las aletas nasales conseguirás un estrechamiento de los agujeros de la nariz y equilibrar las proporciones de tu tercio inferior nasal. Las aletas nasales o cartílagos alares son la zona blanda y redonda de los orificios nasales, responsable de dar forma y soporte a la punta de la nariz.
¿Todas las narices anchas son iguales? Podemos clasificarlas en dos tipos: la nariz ancha étnica o racial y la nariz ancha intervenida o secundaria. En el caso de las narices anchas étnicas, la desproporción de la nariz y de las aletas nasales responde a rasgos raciales característicos, por lo general, en las narices africanas y en las sudamericanas.
En cambio, en las narices anchas intervenidas o secundarias, la anchura de la nariz se debe a una intervención previa y a las consecuencias de esa cirugía.
La intervención de reducción de alas nasales
Unos agujeros de la nariz desiguales solo tienen una solución: la cirugía. La reducción de las aletas nasales es una intervención ambulatoria, por lo que no necesitas pasar la noche en el hospital. Tras la operación quirúrgica, te darán el alta y podrás regresar a casa. La intervención es bajo anestesia local y una sedación para mayor comodidad del paciente. La cirugía no suele durar más de 30 minutos.
El procedimiento es rápido y sencillo, consiste en unas incisiones de 5 milímetros de longitud en el surco que hay entre el ala nasal y la mejilla. La cicatriz de la intervención queda perfectamente escondida en el surco y los puntos de sutura son reabsorbibles y se caen por sí solos a los pocos días de la operación.
La reducción de las aletas nasales permite también cambiar la forma de las narinas (las fosas nasales) pudiendo pasar de un aspecto “aplastado” a una forma más redonda y armónica.
Sin molestias postoperatorias
Los resultados de la cirugía de reducción de las aletas nasales son casi inmediatos. En pocos días podrás percibir cómo se han equilibrado las proporciones del tercio inferior de tu nariz con el resto de tu rostro.
Las molestias del postoperatorio son prácticamente inexistentes, la ausencia de dolor es casi total. Como mucho, llevarás un apósito los tres primeros días y deberás proteger la zona intervenida de los rayos solares. Evidentemente, es recomendable que evites cualquier golpe en la nariz, actividades físicas de intensidad y no te suenes con fuerza durante los primeros días posteriores a la intervención, hasta que los tejidos se cicatricen.
Aunque el riesgo cero no existe, las complicaciones en este tipo de intervención son infrecuentes y de muy poca importancia. Y más cuando el equipo quirúrgico que realiza la operación está cualificado y cuenta con años de experiencia. En Smart Clinic contamos con los mejores.