Hay tantas narices como personas. Y problemas que son de narices y otros que no lo son. Uno de los trastornos nasales más habituales es tener el tabique nasal desviado. Esta desviación puede obstruir un lado de la nariz y causar congestión nasal y sinusitis frecuentes. También puede causar propensión a sangrar por la nariz y que te duela la cara, la nariz y que ronques.
Esta serie de inconvenientes se pueden corregir gracias a la cirugía, en concreto, con la septoplastia. Gracias a ella, recuperas la forma de funcionar ideal de tu nariz. ¿Cómo tener la nariz perfecta para mí? Puedes complementar este procedimiento con la rinoplastia. La rinoseptoplastia es el procedimiento que combina las dos cirugías: la rinoplastia y la septoplastia, la parte estética con la funcional.
El tabique nasal (también llamado septum nasal) es la estructura que sostiene la nariz y está compuesto de hueso y cartílago. Se extiende desde las fosas nasales hasta la parte posterior de la garganta y separa las vías respiratorias izquierda y derecha, dividiendo las dos fosas nasales.
La rinoseptoplastia o septorrinoplastia
En la cirugía de tabique nasal desviado se realizan dos tipos de intervenciones. Por un lado, la septoplastia, la cirugía de nariz para corregir o enderezar un tabique desviado, es una intervención funcional, ya que repara una desviación o deformidad que impide que la persona pueda respirar u oler con normalidad.
Lo que se hace en la septoplastia, por lo general, es enderezar el tabique recortando, reubicando y reemplazando el cartílago y los huesos de la zona. Es una operación quirúrgica que se realiza a través de las fosas nasales, no deja habitualmente ni cicatrices, ni morados, ni hinchazón y no supone ningún cambio en el aspecto de la nariz.
Lo que logramos con la septoplastia es una mejora de la calidad de vida, de la función principal de la nariz que es respirar mejor. La rinoplastia, en cambio, tiene una finalidad estética, la intervención corrige la forma de la nariz para que quede equilibrada y en armonía con el resto de rasgos de la cara. Acercándote al modelo de nariz deseada.
La intervención
A la hora de abordar una rinoseptoplastia es esencial conocer las causas de la desviación o deformidad del tabique nasal. Las más habituales son la genética (de nacimiento), un traumatismo (o golpe) o una rinoseptoplastia previa que no ha conseguido su objetivo. Para examinar el interior de la nariz, el equipo quirúrgico usará una luz brillante y, a veces, un instrumento para mantener abiertos los orificios nasales.
La rinoplastia de tabique desviado o rinoseptoplastia suele durar unas dos horas y se efectúa bajo anestesia general. El objetivo de la operación es mejorar la funcionalidad y la estética nasal de forma simultánea.
Como todas las rinoplastias, se puede realizar en dos modalidades diferentes: abierta o cerrada. Será el equipo quirúrgico quien decida cuál de los dos tipos de abordaje es el más adecuado de acuerdo con las características del/la paciente y del tipo de reparación que se deba hacer.
La confianza en el equipo quirúrgico es esencial. Elige a profesionales especializados en rinoplastia. Consúltanos, en Smart Clinic solo tenemos los mejores.
En la septoplastia, se endereza el tabique nasal y se vuelve a colocar en el centro de la nariz. Este procedimiento suele requerir el corte y extracción de partes del tabique antes de volver a ponerlas en posición recta. La rinoplastia implica modificar el hueso y el cartílago para cambiar su forma o tamaño.
Si se opta por un abordaje abierto, la incisión se realiza por encima del labio superior y, una vez retirada la piel, el cirujano tiene una perspectiva amplia para tratar las diferentes disfunciones. En el caso de la rinoseptoplastia cerrada, la intervención se realiza a través de los orificios nasales. Al ser una operación menos invasiva, su duración puede ser menor a dos horas.
El postoperatorio de la rinoplastia de tabique desviado
Dependiendo del tipo de intervención por el que se opte, el postoperatorio será distinto. De todas formas, el reposo es esencial en las 24 horas siguientes a la operación. Es normal que aparezcan hematomas e inflamación, que suelen remitir a partir de las 48 horas y durante los seis o siete días posteriores.
De forma casi habitual, llevarás unos tapones en la nariz. Estos aseguran que el tabique quede en su sitio. Además, y para evitar que se formen costras o taponamientos de mucosidad, tras retirar los tapones de la nariz, es esencial una buena higiene nasal.
Por regla general, dos días después de la intervención ya se puede recuperar la rutina diaria, evitando grandes esfuerzos o movimientos bruscos.