La caída del pelo en verano es algo normal que, en principio, no debe alarmarnos. Esta pérdida suele ser una caída estacional ligada al curso natural de la vida del cabello. Además, en verano son habituales otros factores, propios del estilo de vida de la estación, que repercuten en la salud y en el cuidado capilar. No obstante, si observamos una caída muy excesiva o con un patrón determinado, es recomendable requerir el diagnóstico de un especialista.
¿Por qué me cae el pelo en verano?
Como hemos indicado, el pelo cae durante todo el año, aunque sí puede ser mayor a finales de verano y durante el otoño. Para entender mejor por qué sucede así, explicamos el ciclo de vida del cabello.
Ciclo de vida del cabello
Cada cabello crece de un folículo piloso, del cual pueden emerger de 1 a 4 cabellos, y cada folículo piloso sigue su propio ciclo el cual está formado por 3 fases:
- Fase anágena. Es la fase de crecimiento y su duración es de 2 a 7 años. En esta etapa el cabello crece una media de 0,35 mm por día. Normalmente el 85-89% del total de pelos del cuero cabelludo se encuentra en esta fase.
- Fase catágena. Esta fase dura entre 2 y 3 semanas en las que el bulbo piloso se separa del torrente sanguíneo y deja de nutrir al pelo, el cual deja de crecer. Un 1% de los cabellos se encuentra en esta etapa.
- Fase telógena. Es la etapa de reposo del folículo piloso. Dura unos 3 meses en los que el cabello se desprende del cuero cabelludo al lavarlo o cepillarlo y va siendo sustituido por el nuevo. Entre el 9 y el 14% de los folículos pilosos se encuentran en esta fase. Tras la fase telógena, el ciclo vuelve a empezar con el crecimiento del nuevo cabello
Son varios los estudios que confirman la existencia de una caída estacional que se produce entre finales de verano y principios de otoño, debido a que en esta estación hay más cabellos que se encuentran en la fase telógena.
La duración de la fase telógena es de tres meses, por lo que la duración de la caída de pelo en verano abarca desde las últimas semanas de esta estación hasta bien entrado el otoño. Así que, la época que más se cae el pelo es la comprendida entre estas dos estaciones.
Aún así, algunos expertos atribuyen la caída del cabello en verano a un motivo biológico. Los mamíferos mudamos el pelo antes de la llegada del frío del invierno. Otras teorías lo relacionan más con las altas temperaturas y la incidencia de los rayos ultravioletas que podría activar la fase telógena en más cabellos de lo habitual.
¿Cuándo hay que preocuparse por la caída del cabello?
Es interesante discernir entre los dos tipos de caídas, de raíz o por quiebra, para decidir el tratamiento y los cuidados más adecuados. Lo cierto es que en verano exponemos nuestro cabello a elementos como la sal del mar, el cloro, los rayos solares y una alimentación más descuidada, que dañan el cuero cabelludo y el cabello.
Estos factores también pueden debilitar el cabello y quebrarlo, provocando su caída. Sin embargo, no estamos hablando de una caída de raíz ni la podemos relacionar directamente con el ciclo de vida de los folículos. En este caso se trata de una pérdida que es consecuencia de una agresión.
La sal del mar, por ejemplo, se deposita en la cutícula capilar (capa exterior que protege al cabello) y genera fricción sobre la misma. Esta frotación erosiona, deshidrata y debilita el pelo y lo lleva a la fase telógena de una forma acelerada.
Si el pelo se desprende de raíz más de lo habitual o notamos que sigue un patrón determinado, como un retroceso de la línea de implantación y adelgazamiento del pelo en la zona de la coronilla, debemos consultar a un especialista para que nos haga un diagnóstico preciso.
Si notas una pérdida importante de cabello o señales incipientes de alopecia, no dudes en acudir a un profesional. Un especialista es quien te indicará las mejores medidas y opciones para evitar o solventar la caída del pelo en verano y todo el año.
¿Se puede prevenir la caída de cabello estacional?
Como ya hemos dicho, este tipo de caídas estacionales suelen darse durante 3 o 4 meses, para después ceder y recuperar la densidad capilar habitual. Por tanto, si se produce una caída rutinaria en fechas previas un poco superior a la normal, no deberemos preocuparnos ni tampoco tomar ninguna medida adicional.
De todas formas, si se quiere prevenir que la caída sea en exceso, se pueden tomar algunas precauciones que pueden ayudar a superar esta etapa. Proteger el sol con un sombrero o un pañuelo de los rayos solares puede ser una buena opción, aunque lo debemos dejar respirar cuando estemos en la sombra. Para sacar bien la sal y el cloro, es fundamental aclarar bien el cabello después de bañarse en la piscina o en la playa.
Si queremos evitar que el pelo se rompa, lo más recomendable es utilizar un peine de puntas abiertas para peinarnos con el pelo mojado y, para fortalecer su crecimiento, lo más adecuado es lavarlo, a menudo, con champú sin sulfatos, siliconas y parabenos.