Tratamiento y eliminación quirúrgica de las bolsas malares

Las bolsas malares, también llamadas bolsas de Bichat, son acumulaciones de grasa de forma ovalada que aparecen encima del pómulo y por debajo del párpado. ¿Por qué aparecen las bolsas malares? El músculo orbicular, que rodea los ojos y es el responsable de nuestra expresión facial y de abrir y cerrar los párpados, se transforma en un tejido degenerado que contiene grasa y provoca edemas crónicos o hinchazón. 

Esta degeneración que deriva en las bolsas malares se puede deber a diversos factores, entre los que destacan el estrés y el envejecimiento, la genética, la propia anatomía del paciente o la retención de líquidos derivada de enfermedades de tiroides, renales o hepáticas.

La zona que envuelve el ojo -la llamada área periorbital, alrededor de la órbita- tiene la piel muy fina y delicada y es una de las que más sufre el envejecimiento cutáneo. Las arrugas, las bolsas y la laxitud de la piel son algunas de las preocupaciones estéticas más frecuentes, porque dan a nuestra mirada un aspecto cansado y triste. Pero a estas molestias, en algunas ocasiones y sobre todo a partir de los 65 años, se añaden las bolsas malares.

Tratamientos de medicina estética para las bolsas malares

En bolsas malares leves o moderadas que no están muy marcadas los ultrasonidos, el láser y los masajes pueden ayudar a corregirlas. A través de la emisión de ultrasonidos de alta intensidad y de forma localizada, se consigue actuar a una profundidad de unos 3 ó 4,5 mm para conseguir la retracción del músculo orbicular y la consecuente reducción del tejido graso. 

Para conseguir los resultados deseados se requieren varias sesiones de ultrasonidos. El mínimo habitual es de tres visitas espaciadas por un periodo de tiempo superior a un mes, y los resultados, que permanecen en el tiempo, se hacen visibles a partir de la tercera sesión y pasados unos seis meses. La recuperación es inmediata.

El proceso de eliminación de las bolsas malares

La eliminación o reducción de las bolsas malares mediante el láser consiste en el calentamiento controlado de la piel sin afectar a la epidermis -una zona con la piel muy fina- que provoca el aumento de las fibras de colágeno y mejora el tono, la textura y la contracción cutáneas de la zona. 

No te preocupes si después del tratamiento con láser la zona tratada queda como apergaminada, marrón y se va descamando. Después de una semana la piel quedará rosada y, si quieres, te podrás maquillar para atenuar su tono.

Los resultados definitivos del láser para tratar las bolsas malares serán visibles pasados unos seis meses de la intervención. Durante el tiempo de recuperación debes aplicarte en la zona cremas hidratantes y protegerla de la exposición solar. 

La bichectomía, la cirugía para las bolsas malares

La cirugía de las bolsas malares se denomina bichectomía y es una intervención quirúrgica que consiste en su extracción -ya que no son glándulas, sino grasa- para conseguir afinar el rostro y acentuar los pómulos. Se trata de un procedimiento sencillo, ambulatorio -en menos de 24 horas estás de vuelta a casa-, con anestesia local -o con sedación si se requiere- y suele durar aproximadamente una media hora.

Esta cirugía se suele recomendar a personas delgadas, con la cara redondeada, que quieran mejorar la apariencia de su rostro. ¿En qué consiste la bichectomía? El cirujano efectúa una incisión de 1,5 cm aproximadamente en el lado interno de cada una de las mejillas -dentro de la boca para no dejar cicatrices visibles- y desde ahí se extraen las bolsas de Bichat.

 

Las bolsas malares como signos de la edad

 

Es importante que la extracción de las bolsas malares la realice un cirujano experto en cirugía facial, ya que la intervención requiere un amplio conocimiento anatómico, y con experiencia, para conseguir los resultados estéticos deseados en el contorno facial. 

El postoperatorio de la bichectomía es muy importante, ya que en la boca existen muchas bacterias. Después de la intervención se suele colocar una venda compresiva para tratar la hinchazón. Si una mejilla está más inflamada que la otra no te preocupes, es normal. Es un procedimiento que se puede realizar con cirugía ambulatoria.

El médico suele prescribir antibióticos y antiinflamatorios, pero la recuperación es inmediata y puedes retomar tu actividad habitual al día siguiente. Sólo hay que tener en cuenta que en las primeras horas sería recomendable consumir líquidos y después alimentos blandos, con la finalidad de que la musculatura que nos ayuda a masticar esté lo más relajada posible. 

 

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