Alopecia frontal femenina, ¿existe algún tratamiento para frenarla?

El cabello es una de las señas de identidad de una persona y en el caso de las mujeres es una de las partes que mayor personalidad y seguridad otorga. Pero, en las últimas décadas, los casos de alopecia frontal femenina se han multiplicado sin que se sepa la causa. Los expertos calculan que el 30% de las mujeres a nivel mundial sufrirá algún tipo de alopecia a lo largo de su vida.  

La alopecia no es sólo un problema estético. El impacto emocional que produce es muy grave, sobre todo en las mujeres, ya que cuanto más pelo pierdes más baja es la autoestima. El caso más común en mujeres es la alopecia frontal fibrosante, la cual te explicamos a continuación.

¿Qué es la alopecia frontal femenina?

Este tipo de alopecia afecta a mujeres a partir de la menopausia, aunque cada vez es más frecuente en premenopáusicas y en hombres. La pérdida de pelo se produce en la zona frontal y lateral de la cabeza -también denominada de la diadema-, en las cejas y  también puede llegar a darse en la zona de la nuca e incluso en el vello corporal. Tiene un gran impacto estético, ya que la calvicie hace que la línea del nacimiento del pelo retroceda y aumente el tamaño de la frente.

Es una alopecia de tipo cicatricial. ¿Qué quiere decir? Que cuando se cae el pelo se sustituye por una cicatriz y no vuelve a nacer. La pérdida del cabello es definitiva. Ahora mismo no existe un tratamiento que cure la alopecia frontal femenina pero podemos lograr ralentizar el avance de la calvicie, de tal forma que el cabello se mantenga hasta que espontáneamente se frene.

Posibles causas de la alopecia frontal femenina

El porqué sigue siendo un gran interrogante, pero parece que la alopecia frontal fibrosante afecta a pacientes susceptibles genéticamente y responde a un doble mecanismo autoinmune y hormonal. No obstante, las causas no están muy claras e incluso se ha llegado a hablar de factores ambientales. 

Cuando decimos que responde a un mecanismo autoinmune, queremos decir que el propio organismo es el que ataca al pelo, produciendo una inflamación que puede llegar a destruir el folículo piloso. Al mismo tiempo, hablamos de problema hormonal porque se produce con mayor frecuencia en mujeres con menopausia precoz o extirpación de útero. 

¿Padezco alopecia femenina? 

El diagnóstico de la alopecia frontal fibrosante es clínico, ya que se realiza mediante el interrogatorio y la exploración médica, que se lleva a cabo a través de la tricoscopia digital con un microscopio que se usa en la consulta. En ocasiones pueden solicitar un estudio de tiroides, ya que es frecuente la asociación de esta situación  con el hipotiroidismo autoinmune.

La detección temprana es vital en el abordaje de la alopecia frontal fibrosante, ya que cuanto antes podamos controlar el proceso inflamatorio que destruye los folículos pilosos, más posibilidades tendremos de prevenir la caída del pelo y la cicatrización.

¿Hay algún tipo de señal de alerta? Observa tus cejas. El primer síntoma de la caída de cabello, que precede incluso en años al avance en diadema, es la pérdida progresiva de las cejas. También se produce un enrojecimiento de las mejillas y lesiones en las sienes, es decir, como unos granitos o una depresión marcada en los vasos sanguíneos de la frente. 

Posibles tratamientos ante la alopecia frontal

Cómo afrontar la alopecia frontal

Aunque en la actualidad no existe un procedimiento que logre curar la alopecia frontal fibrosante, tienes a tu alcance distintos tratamientos médicos que pueden estabilizar, frenar o ralentizar la caída del cabello. Como hemos comentado anteriormente, al ser una alopecia cicatricial, es imposible recuperar el pelo una vez que cae y se sustituye por una cicatriz.

Para actuar sobre el factor hormonal y desde el punto de vista farmacológico, hay disponibles medicamentos antiandrógenos como la dutasterida y la finasterida, que bloquean el efecto de las hormonas sobre la raíz folicular frenando la calvicie e incluso mejorándola.

Por otro lado, también se suelen utilizar tratamientos antiinflamatorios locales, como las microinyecciones de triamcinolona en la raíz del cabello afectado para neutralizar las células inflamatorias, el plasma rico en plaquetas como complemento en pacientes que necesitan mejorar la inflamación y atrofia cutánea o productos tópicos como el Minoxidil o los retinoides orales, especialmente efectivos en el control de las pápulas faciales -granitos rojos en la piel-. 

Al ser una alopecia cicatricial el trasplante capilar no es una opción ideal, pero puede funcionar en pequeñas zonas y en pacientes que hayan logrado estabilizar la inflamación. Actualmente existen soluciones cosméticas como la micropigmentación o microblading en las cejas -tatuaje-, que pueden ser una buena opción para cubrir esas áreas en las que el pelo ya no volverá a crecer.

 

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