¿Cuántas veces has oído hablar del bótox? Patas de gallo, labios y otras mejoras estéticas cuentan con esta sustancia a la hora de convertirse en una realidad. Pero nuestras protagonistas hoy son las primeras: unas arrugas que se generan en torno a los ojos con el paso del tiempo y que, aunque suelen ser fruto de la risa, en ocasiones pueden llegar a acomplejarnos.
En este sentido, el mejor recurso para recuperar una mirada fresca y radiante es el bótox. Pero antes, explicaremos qué son exactamente las patas de gallo, por qué aparecen y cómo el bótox ayuda a tratarlas.
Causas de la aparición de las patas de gallo
Son 4 los músculos que se contraen con fuerza en el tercio superior de la cara: el procerus y corrugador -en el entrecejo-, el frontal -en la frente- y el orbicular -en los ojos-. En función del que se use con más frecuencia, se marcarán más algunas arrugas frente a otras.
Las patas de gallo son unas arrugas que aparecen en los laterales de los ojos y que se deben a la contracción (frecuente) del músculo orbicular del ojo o de los párpados. La zona del contorno de ojos es una área fundamental para la gesticulación y una de las más perjudicadas por el paso del tiempo por la pérdida del colágeno y de la elastina -fundamentales para mantener la flexibilidad y tersura de la piel-.
¿Cuándo usamos el músculo orbicular? Lo utilizamos para cerrar los párpados y proteger al globo ocular de cualquier injerencia externa y también al reírnos o para forzar la vista -la forma del ojo cambia y se marcan las líneas de expresión en la piel lateral-.
Suelen surgir a partir de los 35 años, aunque en la aparición de las patas de gallo también contribuyen los hábitos de vida poco saludables, como fumar, beber y la exposición excesiva al sol.
Tratamiento de las patas de gallo con toxina botulínica
La toxina botulínica, más conocida como bótox, es una sustancia purificada en el laboratorio que relaja el músculo en el que se infiltra (temporalmente). Si se aplica en microinyecciones, su efecto es una atenuación de las arrugas de expresión, ganando en luminosidad sin perder la naturalidad en los gestos.
Como recomendamos en todos nuestros artículos, para garantizar los mejores resultados es de suma importancia contar con la valoración por parte de un médico especialista y de reconocido prestigio en este campo. En Smart Clinic los tenemos.
Hablemos de la inyección del bótox: patas de gallo como arrugas de expresión y la solución perfecta para revertirlas, pero, ¿Cómo funciona exactamente?
La inyección se aplica en la porción superior externa del músculo orbicular del ojo para relajar la tracción trascendente de la cola de la cena. De este modo, se consigue una leve elevación de la misma rejuveneciendo la mirada, obteniendo un efecto lifting inmediato y un resultado totalmente natural.
El tratamiento de bótox en las patas de gallo comienza a notarse a los 6 o 7 días después de la intervención. Y su efecto tras la primera sesión tiene una duración de 4 a 6 meses, dependiendo de las características de cada paciente. En algunas ocasiones, el tratamiento de las patas de gallo con bótox se combina con otros procedimientos de rejuvenecimiento facial como la blefaroplastia -cirugía de los párpados- o los rellenos faciales.
¿Se puede prevenir la aparición de las patas de gallo?
La mejor manera de combatir las patas de gallo es la prevención, cuidando la piel mediante una buena hidratación, cremas faciales y protección solar, además de seguir hábitos saludables.
No obstante, en contra de lo que mucha gente piensa, el tratamiento facial con bótox para las patas de gallo es mucho más efectivo cuando se emplea preventivamente que cuando se usa con un objetivo corrector. ¿Por qué? Pues porque si el paciente comienza el tratamiento para prevenir la aparición de arrugas, a la larga necesita menos sesiones y consigue un resultado mucho más natural.
Mitos y realidades acerca del bótox: ¿patas de gallo, inflamación o adicción?
¿El bótox hincha la cara? No. Como hemos explicado, la toxina botulínica se inyecta en los músculos faciales para conseguir su relajación, por lo tanto, no aporta volumen en el rostro.
¿La toxina botulínica te deja sin expresión? Tampoco. Lo que se busca es relajar los músculos de la mímica de la cara para suavizar las arrugas, pero manteniendo cierta movilidad. El bótox no deja la cara paralizada.
¿Una vez me he inyectado bótox para las patas de gallo deberé seguir haciéndolo durante toda mi vida porque de lo contrario mi piel empeorará de repente? Ni mucho menos. El efecto del bótox dura de 4 a 6 meses, si por el motivo que sea dejas el tratamiento, está demostrado que tu piel estará mejor que antes, ya que en las zonas en las que se ha inyectado se incrementa la formación de colágeno y elastina.
¿El bótox es adictivo? No lo es, aunque por sus buenos resultados, el tratamiento con toxina botulínica fideliza a los pacientes, ya que si te ves bien, quieres seguir sintiéndote así y que el efecto permanezca.