En la actualidad, se calcula que un 20% de mujeres de entre 30 y 40 años sufren alopecia. Es más, los estudios indican que más de la mitad sufrirá algún tipo de caída del cabello a lo largo de su vida. Así pues, es un problema mucho más habitual de lo que pensamos, aunque es muy poco visible en una sociedad en la que tener un pelo abundante sigue siendo un símbolo de belleza y salud.
Ser mujer y tener problemas de caída de cabello no es fácil de sobrellevar y puede generar un impacto psicológico doloroso y afectar a la autoestima. Por eso, cada vez son más mujeres las que acuden a un experto capilar en busca de una solución y apuestan por el injerto capilar.
La alopecia femenina se caracteriza por una pérdida de densidad capilar en las zonas más visibles del cuero cabelludo, es decir, la parte superior y delantera de la cabeza. Es muy poco frecuente que la pérdida de cabello en la mujer progrese hasta generar una calvicie total.
La calvicie femenina, por lo general, se inicia en el ensanchamiento de la parte frontal y con un aclaramiento de la línea central superior de la cabeza. Luego, la caída de cabello continúa hacia los lados y la coronilla, pero suele mantener una mínima densidad capilar.
¿Por qué cae el cabello en las mujeres?
Pero, ¿por qué las mujeres sufren de alopecia? Las causas son variadas y pueden darse más de una a la vez. Las más comunes responden a factores genéticos, a deficiencias nutricionales, como la falta de hierro, y a cambios hormonales; de ahí que sea habitual su aparición tras la menopausia. También el estrés puede provocar la caída transitoria del cabello e incluso las dietas insuficientes.
Los desequilibrios hormonales que causan la alopecia femenina, consisten en un descenso de los estrógenos (hormonas femeninas) y un aumento de los andrógenos (hormonas masculinas). La genética también puede influir, ya que las mujeres más propensas a la pérdida de cabello suelen ser aquellas con antecedentes familiares, tanto femeninos como masculinos.
¿Cómo hacer frente a la alopecia femenina? El injerto capilar en mujeres
Hoy en día, existen diferentes tratamientos para luchar contra la caída del cabello en mujeres pero es importante empezar tratando de parar su avance. Para ello, hay fármacos como el Minoxidil, un medicamento que se usa para estimular el crecimiento del cabello y retardar o frenar su caída.
También están las microinyecciones de Dutasterida (infiltración de antiandrógenos) que se aplican en el cuero cabelludo y que favorecen el engrosamiento del pelo. Sin embargo, algunos tipos de alopecia femenina requieren un tratamiento quirúrgico para alcanzar los mejores resultados.
El injerto capilar del propio pelo es la técnica definitiva para terminar con los problemas de pérdida del cabello en mujeres. Es un procedimiento que consiste en la recolocación del pelo desde una zona del cuero cabelludo que no está afectada por la alopecia a una que sí que lo está.
Actualmente, los avances en microcirugía permiten que se recupere el cabello de forma natural. Los injertos trasplantados mantienen las mismas características que tenían en su lugar de origen, es decir, no sufrirán alopecia y no se caerán.
Existen dos tipos de técnicas para realizar los injertos capilares en las mujeres (y en los hombres): el método FUE y el FUSS. En la técnica de la tira o FUSS, el cirujano extrae una tira de cuero cabelludo larga y estrecha de la zona posterior de la cabeza, de la que se separan los folículos uno a uno para, a continuación, implantarlos en el área que se tratará.
En cambio, en la técnica FUE el especialista capilar realiza la extracción y el implante de cada unidad funicular en un mismo gesto. Nuestros Smart Doctors te aconsejarán la técnica más adecuada a tus necesidades, descartando las causas habituales de alopecia potencialmente tratables.
La recuperación tras el injerto capilar es corta (especialmente en el caso de la técnica FUE) y ambulatoria (no hace falta ingresar en el hospital). Los resultados suelen ser muy satisfactorios y naturales, ya que, al tratarse del propio pelo, no existe la posibilidad de rechazo ni de que vuelva a caer.