Nuestra piel se oxida por la agresión diaria de los radicales libres de factores ambientales como la contaminación, el tabaco y/o la exposición a la radiación solar. Nuestro organismo cuenta con un sistema propio con capacidad antioxidante que se encarga de mantener el equilibrio en la concentración de radicales libres y su acción oxidativa.
Pero cuando se rompe este equilibrio entre los antioxidantes y los radicales libres se produce el estrés oxidativo. Es entonces cuando los radicales libres atacan y dañan las células y los tejidos y provocan un envejecimiento prematuro de la piel. El estrés oxidativo destruye el colágeno, la elastina y otras proteínas y causa arrugas, la pérdida de elasticidad y firmeza de la piel y la aparición de manchas (en el peor de los casos, puede llevar a mutaciones en el ADN de las células y desarrollar un cáncer de piel).
Nuestra capacidad de producir antioxidantes se va reduciendo con el paso del tiempo. Por eso, para evitar el estrés oxidativo y el envejecimiento prematuro de nuestra piel es necesario completar y reforzar nuestros mecanismos de defensa naturales con alimentos ricos en antioxidantes y con antioxidantes de uso tópico.
Alimentos ricos en antioxidantes
Como ya hemos dicho, nuestro cuerpo es capaz de sintetizar antioxidantes. Pero si además llevamos una dieta variada y equilibrada, con predominio vegetal, aportaremos a nuestro organismo los micronutrientes fundamentales para conseguir y mantener una piel más sana y luminosa.
El glutatión es un potente inhibidor de los radicales libres, reduce los daños provocados por el estrés oxidativo en el ADN y favorece la acción de otros antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E. ¿En qué alimentos lo podemos encontrar? Está presente en los pomelos, el ajo, la curcumina, los lácteos crudos, el brócoli, el aguacate, las manzanas y en los espárragos.
Los carotenoides son los pigmentos naturales que confieren a las frutas y verduras sus colores intensos. Pero además de poner color a los alimentos, también tienen numerosas propiedades antioxidantes ante el exceso de radicales libres y los procesos de oxidación. Los encontramos en las espinacas, la calabaza, la papaya, los boniatos, los tomates rojos, los calabacines, el maíz, el aguacate, las naranjas y en las uvas. Pero ¡cuidado! Hay que tener en cuenta que si estos alimentos, ricos en carotenoides, los tomamos en exceso pueden producir carotinemia, una pigmentación amarillenta en la palma de las manos.
La vitamina A (también conocida como retinol) juega un papel fundamental en la renovación celular y en la regeneración de nuestra piel y cabello. Sus propiedades antioxidantes nos protegen contra el fotoenvejecimiento e incrementan la producción de colágeno, mejoran la textura de la piel y aportan luminosidad. Son alimentos ricos en vitamina A las espinacas, los productos lácteos y el hígado.
La vitamina C podríamos decir que es el principal agente antioxidante porque contribuye a que nuestro organismo aproveche otras vitaminas y minerales, estimula la producción de colágeno, mejora la luminosidad y elasticidad de la piel y ayuda a prevenir la aparición de manchas. Los kiwis, la piña, las naranjas, los limones, el repollo, la col, las espinacas y la papaya son una buena fuente de vitamina C.
Finalmente, otro gran antioxidante es la vitamina E. Ésta no sólo anula las reacciones en cadena de los radicales libres sino que también actúa como una barrera natural frente a la radiación solar, protege a las células de la oxidación, preserva la elasticidad de la piel y difumina (o elimina) las imperfecciones, cicatrices y manchas cutáneas. La podemos encontrar en las nueces, avellanas, almendras y pistachos, también en las semillas de calabaza y de girasol, el aceite de oliva y el de hígado de bacalao, el mango y en frutas desecadas como los dátiles o pasas.
Cosméticos con antioxidantes
Otra forma de reforzar la capacidad defensiva de nuestro organismo ante las agresiones de los radicales libres es a través de los antioxidantes de uso tópico. Pero no todas las formulaciones con antioxidantes son iguales ni todas las pieles son idénticas. Por eso, es de gran importancia contar con la valoración de un especialista para que los antioxidantes que ponemos sobre la piel sean realmente eficaces sobre la oxidación y tengan la concentración adecuada para que penetren en la piel y se obtengan los resultados adecuados.
Hay diferentes líneas cosméticas que incluyen antioxidantes. Desde serums a cremas, encontramos formulaciones antioxidantes que combinan la vitamina C con otros activos como el ácido ferúlico, la phloretina y la vitamina E. Y otras que formulan un producto con resveratrol en alta concentración con otras dos moléculas antioxidantes que son la vitamina E y la baicalina.
El resveratrol es una molécula antioxidante con grandes poderes antiedad. Los flavonoides son adecuados para todo tipo de pieles, son antioxidantes y antiinflamatorios y se llevan bien con otros antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E o el ácido ferúlico.
El ácido ferúlico es un antioxidante de origen natural que consigue neutralizar los radicales libres y además protege la piel de la radiación ultravioleta. Entre sus beneficios está que potencia los efectos de las vitaminas C y E y elimina las manchas del rostro, protegiendo el ADN celular. Por eso, es un antioxidante presente en tratamientos para eliminar manchas de la cara ya que controla la actividad de la tirosinasa (enzima responsable de la pigmentación de la piel) y consigue unificar el tono cutáneo.