Mis coletas son ridículas. ¡Qué envidia de melena! ¿Por qué soy tan pobre de cabello? La densidad capilar es el número de folículos pilosos (la raíz de donde crece el pelo) que hay por cada centímetro cuadrado de cuero cabelludo. Cuando hablamos de densidad capilar no nos referimos al grosor del cabello sino a la cantidad de unidades foliculares que tenemos en la cabeza o en cualquier otra parte del cuerpo.
Una densidad capilar normal oscila entre las 65 (densidad suficiente) y las 120 unidades por cm2, dependiendo de la persona, del color del cabello y de la raza. También influye cuánto pelo sale de cada folículo; puede haber de 1 a 5, cuantos más haya por unidad, más densidad capilar tendremos.
Para calcular tu densidad capilar, tienes que atarte el pelo en una cola de caballo y medir la circunferencia de la cola. Si está por debajo de 5 centímetros, significa que tienes poca densidad capilar, en cambio, si mide más de 10 centímetros, tienes el pelo muy denso.
Pero ¿a qué se debe? ¿Qué determina las características del cabello? Dos factores difíciles de controlar: la genética y las hormonas.
Trucos y consejos para aumentar la densidad capilar
Si quieres aumentar tu densidad capilar sin adentrarte en el mundo de los tratamientos, te podemos aconsejar algunos trucos relacionados con los hábitos de vida que te pueden ayudar.
Una alimentación equilibrada es buena para el organismo y, como no, también para el cabello. En la dieta diaria no pueden faltar las proteínas, los carbohidratos, los ácidos grasos esenciales omega 3 y 6, las vitaminas B5, E i H, y los minerales como el hierro y el zinc.
El huevo es un alimento muy beneficioso para el pelo, está repleto de proteína y le aporta grosor, densidad y resistencia.
Se puede complementar la dieta y mejorar la nutrición de los folículos pilosos a través de cápsulas por vía oral de levadura de cerveza, ácido fólico, germen de trigo, cisteína, alfalfa, sílice o vitaminas A,C, B6. B12, entre otros ingredientes de las formulaciones. También es recomendable masajear el cuero cabelludo. De esta forma, se estimula la circulación sanguínea y los folículos ganan salud.
Si quieres mejorar tu poca densidad capilar evita el estrés cotidiano, haz ejercicio físico y duerme lo suficiente para tener un buen descanso. Usa productos y peinados que ayuden a dar volumen a tu cabello. Existen champús, geles y acondicionadores con proteínas, colágeno, extractos naturales nutritivos, antioxidantes y/o energizantes como la camomila, el romero o el ginseng, que pueden favorecer la densidad de tu pelo.
Tratamientos de medicina estética contra la poca densidad capilar
Para ganar densidad capilar de una manera efectiva no se suele optar por una única solución sino que se suelen combinar diferentes tratamientos. El plasma rico en plaquetas actúa sobre la vascularización del pelo y la regeneración de los tejidos a través de microinyecciones de factores de crecimiento de la sangre del propio paciente.
El minoxidil, en cambio, es un medicamento de uso tópico que se aplica sobre el cuero cabelludo. Estimula el crecimiento del cabello, incrementa el aporte de sangre y de nutrientes a los folículos y retarda o frena la caída del pelo, tanto en hombres como en mujeres. El minoxidil requiere un uso continuado, es decir, si se deja de aplicar se pierden todos los beneficios logrados hasta el momento.
Otra opción de tratamiento es la fototerapia con láser de baja frecuencia que estimula el metabolismo celular y el flujo sanguíneo en la raíz del cabello, convirtiendo un folículo capilar débil en uno de más sano y con mayor volumen.
Todos estos tratamientos se utilizan para ganar densidad capilar pero también suelen recomendarse como complemento después de un trasplante de pelo.
El injerto capilar para evitar la poca densidad capilar
Uno de los aspectos más importantes de un injerto capilar es conseguir obtener la máxima densidad de unidades foliculares por centímetro cuadrado (cm2), teniendo en cuenta la densidad original del paciente. Para ello, el cirujano antes de empezar con la técnica FUE de implante capilar, realiza un examen del cuero cabelludo (normalmente a través de un dermatoscopio), sobre todo de la zona donante de la que extraerá las unidades foliculares a implantar.
Cualquier injerto debe garantizar una densidad mínima de 40 a 45 unidades por cm2. El objetivo final es que el resultado tras el procedimiento sea lo más natural posible, de acuerdo con la densidad capilar original del paciente.